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Ver productoLa glutamina es uno de los aminoácidos más abundantes en el organismo y desempeña un papel clave en numerosos procesos fisiológicos. Aunque el cuerpo puede producirla de forma natural, en situaciones de estrés físico intenso – como entrenamientos exigentes, lesiones o enfermedades – su demanda puede superar la capacidad de síntesis endógena.
En este artículo te explicamos qué es exactamente la glutamina, para qué sirve y en qué casos puede ser útil su suplementación.
¿Qué es la glutamina?
La glutamina es un aminoácido no esencial, lo que significa que el cuerpo puede producirlo por sí mismo en condiciones normales. Sin embargo, en momentos de alta demanda fisiológica, como el ejercicio intenso, el estrés o la enfermedad, se considera “condicionalmente esencial”, ya que el organismo puede necesitar un aporte extra.
Se encuentra en grandes cantidades en el tejido muscular y en la sangre, y participa en funciones clave como el transporte de nitrógeno, la síntesis de proteínas y el mantenimiento del equilibrio ácido-base. Además, es una fuente de energía importante para las células del sistema inmunológico y del tracto intestinal.
Dentro de sus formas, la L-glutamina es la que tiene relevancia biológica y la que se utiliza habitualmente en suplementos nutricionales.
¿Para qué sirve la glutamina?
La glutamina cumple múltiples funciones esenciales en el organismo, especialmente en situaciones de alta exigencia física o estrés metabólico. Entre sus principales beneficios destacan:
- Recuperación muscular y prevención del catabolismo: durante el ejercicio intenso, los niveles de glutamina en los músculos pueden disminuir considerablemente. Su suplementación puede favorecer la síntesis proteica, reducir la degradación muscular y acelerar la recuperación tras el entrenamiento.
- Refuerzo del sistema inmunológico: la glutamina es una fuente de energía clave para los linfocitos y otras células inmunitarias. Mantener niveles adecuados ayuda a preservar la función inmunitaria, especialmente en atletas o personas sometidas a estrés físico prolongado.
- Salud intestinal: las células del intestino delgado utilizan la glutamina como fuente principal de energía. Esto la convierte en un apoyo esencial para mantener la integridad de la mucosa intestinal, favorecer una buena absorción de nutrientes y proteger frente a la permeabilidad intestinal.
- Apoyo en situaciones clínicas o de estrés físico extremo: en casos de cirugía, quemaduras, infecciones o enfermedades graves, los requerimientos de glutamina aumentan. Por eso, en contextos clínicos también se utiliza como parte del soporte nutricional, siempre bajo supervisión médica.
En resumen, la glutamina puede ser un aliado útil para la recuperación, la inmunidad y la salud digestiva, tanto en deportistas como en otras personas expuestas a situaciones de gran desgaste físico.
¿Quién puede beneficiarse de la glutamina?
Aunque el cuerpo produce glutamina de forma natural, hay ciertos perfiles que pueden obtener beneficios adicionales al complementar su dieta con este aminoácido, especialmente cuando las necesidades superan la producción endógena:
- Deportistas de fuerza y resistencia: atletas que entrenan con alta intensidad o frecuencia pueden experimentar una caída de los niveles de glutamina, lo que afecta tanto a la recuperación como al sistema inmunológico. Suplementarla puede ayudar a mejorar el rendimiento y reducir el riesgo de sobreentrenamiento.
- Personas bajo estrés físico o mental prolongado: el estrés crónico, ya sea físico (como cirugías o lesiones) o mental, puede agotar las reservas de glutamina. En estos casos, su aporte puede contribuir al equilibrio metabólico y al mantenimiento del bienestar general.
- Individuos con problemas digestivos: personas con permeabilidad intestinal, síndrome del intestino irritable u otras afecciones gastrointestinales pueden beneficiarse de la glutamina por su papel en la regeneración del epitelio intestinal y la protección de la barrera mucosa.
- Personas con dietas muy bajas en proteínas o veganas estrictas: dado que muchas fuentes de glutamina provienen de alimentos proteicos, quienes siguen una dieta muy restrictiva pueden considerar su suplementación, especialmente si experimentan fatiga muscular, inmunodepresión o problemas digestivos.
En todos los casos, es recomendable adaptar la dosis a las necesidades individuales y consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación.
¿Cómo y cuándo tomar glutamina?
La glutamina se encuentra disponible en varias formas, siendo el formato en polvo (L-glutamina) el más común debido a su fácil disolución y absorción. También puede encontrarse en cápsulas o combina con otros suplementos en fórmulas post-entreno o de recuperación.
Dosis recomendada: la dosis habitual oscila entre 5 y 10 gramos al día, dependiendo del objetivo y del nivel de exigencia física. En contextos clínicos o bajo supervisión médica, se pueden emplear dosis mayores.
Cuándo tomarla:
- Después del entrenamiento: ayuda a la recuperación muscular y a reponer los niveles de glutamina en el tejido muscular.
- En ayunas o antes de dormir: en personas con alta demanda, puede contribuir al equilibrio intestinal y a la recuperación durante el descanso nocturno.
- Fraccionada: en casos de mayor necesidad, se puede dividir la dosis en 2-3 tomas al día.
Combinación con otros suplementos: puede tomarse junto a BCAAs, proteínas o carbohidratos sin interferencias. Su combinación con zinc, probióticos o vitaminas del grupo B puede potenciar sus beneficios en el ámbito inmunológico o digestivo.
Como siempre, es aconsejable adaptar la toma a cada situación personal y consultar con un especialista si se trata de un uso prolongado o con fines terapéuticos.
¿Tiene efectos secundarios?
La glutamina es, en general, un suplemento seguro y bien tolerado cuando se consume en las dosis recomendadas. Al tratarse de un aminoácido que el cuerpo produce de forma natural, su suplementación no suele general efectos adversos en personas sanas.
Posibles efectos secundarios:
- En dosis muy altas (por encima de 20-30 g/día), algunas personas pueden experimentar molestias gastrointestinales como hinchazón, gases o malestar estomacal.
- También se han descrito casos aislados de cefalea o leves alteraciones del sueño, aunque no son frecuentes.
Contraindicaciones:
- Personas con enfermedades hepáticas o renales deben consultar con un profesional antes de tomar glutamina.
- En casos de tratamientos oncológicos o problemas de salud graves, es importante valorar su uso bajo supervisión médica.
En resumen, la glutamina es segura para la mayoría de las personas activas, pero como con cualquier suplemento, debe usarse de forma consciente, respetando la dosis y considerando el estado de salud individual.
En conclusión, la glutamina es un aminoácido clave en el funcionamiento del organismo, especialmente en contextos de alta demanda como el entrenamiento intenso, el estrés físico o los trastornos digestivos. Su papel en la recuperación muscular, el refuerzo del sistema inmunológico y la salud intestinal la convierte en un aliado versátil tanto para deportistas como para personas con necesidades específicas.
Aunque el cuerpo puede producirla de forma natural, en determinadas situaciones su suplementación puede marcar la diferencia en términos de rendimiento, bienestar y recuperación. Siempre es recomendable adaptar su uso a cada caso particular y, si es necesario, consultar con un profesional de la salud antes de iniciar su toma.

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