El pre-entreno se ha convertido en un aliado habitual para quienes buscan dar lo mejor de sí en cada sesión de entrenamiento. Ya sea para aumentar la energía, mejorar la concentración o potenciar el rendimiento físico, este tipo de suplemento promete un impulso extra justo antes de empezar a moverse.
Sin embargo, no basta con tomarlo sin más: para obtener sus beneficios reales y evitar efectos no deseados, es importante saber cuándo, cómo y cuánto pre-entreno tomar. En este artículo te damos las claves para usarlo de forma efectiva y segura, adaptándolo a tus objetivos y a las necesidades de tu cuerpo.
¿Cuándo tomar el pre-entreno?
El momento en el que tomas el pre-entreno es clave para que sus ingredientes activos estén en su punto máximo justo cuando más los necesites: durante el entrenamiento. En general, se recomienda consumirlo entre 20 y 45 minutos antes de comenzar la actividad física.
Sin embargo, cuándo tomar el pre entreno puede variar según el tipo de suplemento y tu propia sensibilidad. Por ejemplo:
- Pre-entrenos con cafeína: necesitan entre 30 y 45 minutos para hacer efecto completo.
- Fórmulas sin estimulantes: como las basadas en citrulina o beta-alanina, pueden actuar más rápidamente.
- Si has comido antes: tomar el pre-entreno muy cerca de una comida copiosa puede retrasar su absorción.
Además, si entrenas por la tarde o por la noche, es importante evitar consumirlo muy tarde si contiene cafeína u otros estimulantes, ya que podría afectar al sueño. En estos casos, optar por versiones sin estimulantes puede ser una mejor opción.
¿Cómo tomar el pre-entreno?
La forma de consumir el pre-entreno también influye en su efectividad. Aunque puede parecer tan simple como “mezclar y beber”, hay varios aspectos que conviene tener en cuenta para aprovechar al máximo sus beneficios:
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Elige el formato adecuado: los pre-entrenos suelen presentarse en diferentes formas:
- Polvo: para disolver en agua. Es el formato más común y permite ajustar la dosis fácilmente.
- Cápsulas o tabletas: prácticas para llevar, pero con menos flexibilidad en la cantidad.
- Shots líquidos: acción rápida, ideales si tienes poco tiempo antes de entrenar.
- Sigue las instrucciones del fabricante: cada producto tiene una composición diferente, por lo que es fundamental respetar las indicaciones del envase, especialmente si es tu primera vez. Empieza con media dosis si no sabes cómo reaccionará tu cuerpo, especialmente si contiene estimulantes como la cafeína.
- Mezcla con suficiente agua: si utilizas pre-entreno en polvo, disuélvelo correctamente en 200-300 ml de agua (o según indique el fabricante). Una buena hidratación facilita su absorción y previene efectos secundarios como molestias digestivas o calambres.
- No lo tomes con el estómago completamente vacío: aunque algunos lo toleran bien en ayunas, otras personas pueden experimentar náuseas, nerviosismo o bajadas de energía. Si es tu caso, toma un pequeño snack rico en carbohidratos antes (como un plátano o unas tostadas integrales).
Por tanto, saber cómo tomar el pre-entreno de forma correcta marca la diferencia entre un impulso eficaz y una experiencia incómoda. Elegir el formato adecuado, respetar la dosis y cuidar el contexto en el que lo consumes (hidratación, alimentación, horario) te ayudará a optimizar sus efectos y entrenar con seguridad.
¿Cuánto pre-entreno tomar?
La realidad es que no existe una dosis única sobre cuánto pre-entreno tomar que funcione para todos, ya que la cantidad ideal de pre-entreno depende de factores como el tipo de producto, la tolerancia individual a los estimulantes y el objetivo del entrenamiento. Aún así, hay algunas pautas generales que puedes seguir.
- Revisa la etiqueta del producto: cada suplemento tiene una concentración distinta de ingredientes como cafeína, beta-alanina, citrulina malato o creatina. La etiqueta suele indicar la dosis recomendada por toma y, en algunos casos, sugiere comenzar con una dosis más baja para valorar la tolerancia.
- Ajusta según tu sensibilidad: si eres sensible a los estimulantes o no sueles consumir cafeína, empieza con media dosis. Esto es especialmente importante en fórmulas que superan los 200 mg de cafeína por servicio, ya que una dosis alta sin adaptación puede provocar nerviosismo, taquicardia o molestias gastrointestinales.
- Evita el exceso: más no siempre es mejor. Tomar dosis elevadas de pre-entreno puede llevar a efectos secundarios como insomnio, irritabilidad o sensación de “bajón” tras el entrenamiento. Además, usar grandes cantidades de forma habitual puede general tolerancia, reduciendo con el tiempo la eficacia del producto.
En resumen, la clave está en respetar las dosis recomendadas y adaptar el consumo a tu nivel de tolerancia. Empieza con precaución, observa cómo reacciona tu cuerpo y evita excederte: así obtendrás todos los beneficios del pre-entreno sin efectos indeseados.
Consideraciones adicionales al tomar pre-entreno
Aunque los pre-entrenos pueden ser una herramienta útil para mejorar el rendimiento, es importante usarlos con criterio y tener en cuenta algunos aspectos para evitar efectos negativos:
- No abuses de los estimulantes: el uso frecuente de pre-entrenos con cafeína puede generar tolerancia, lo que significa que con el tiempo necesitarás más cantidad para notar los mismos efectos. Esto no solo reduce su eficacia, sino que también puede afectar al sistema nervioso y al descanso.
- Cuidado con la hora de toma: consumir pre-entrenos por la tarde o por la noche, especialmente si contienen cafeína, puede interferir con el sueño. Si entrenas en esas horas, busca opciones sin estimulantes o asegúrate de que haya al menos 6 horas entre la toma y la hora de dormir.
- Alternativas sin estimulantes: existen pre-entrenos “non-stim”, es decir, sin cafeína ni otros excitantes. Suelen centrarse en ingredientes como citrulina, beta-alanina o adaptógenos que mejoran el rendimiento sin afectar al sistema nervioso. Son una buena opción si entrenas de noche o si eres sensible a la cafeína.
- Combínalo con una buena base: un pre-entreno no sustituye una alimentación equilibrada, una hidratación adecuada ni un descanso de calidad. Solo funcionará de forma óptima si forma parte de un estilo de vida saludable y coherente con tus objetivos.
En conclusión, el pre-entreno puede ser un gran aliado para potenciar tu rendimiento, siempre que se utilice de forma informada y responsable. Saber cuándo tomarlo, cómo consumirlo correctamente y cuánto usar según tus necesidades marca la diferencia entre un entrenamiento más efectivo y una experiencia incómoda o contraproducente.
Recuerda: empieza siempre con precaución, escucha a tu cuerpo y busca que el pre-entreno complemente – y no sustituya – una base sólida de nutrición, descanso e hidratación. Así, cada entrenamiento será una oportunidad real para superarte.

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