AMINOÁCIDOS RAMIFICADOS (BCAA’s): En el organismo humano las proteínas son los principales componentes estructurales de las células y tejidos del cuerpo. Los músculos y los órganos están formados en gran medida por estas. Son necesarias tanto para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento del cuerpo, como para reparar y reemplazar tejidos gastados o dañados (1). Los aminoácidos (AA) son componentes esenciales de estas proteínas. Existen más de veinte aminoácidos diferentes, que pueden combinarse en cualquier orden y repetirse de distintas maneras para formarlas. De entre estos aminoácidos encontramos los esenciales, aquellos que el organismo no es capaz de sintetizarlos y en consecuencia deben ser ingeridos por medio de los alimentos. Dentro de estos aminoácidos esenciales se encuentran los aminoácidos ramificados (BCAAs): leucina, isoleucina y valina
En 2010 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) emitió un informe sobre las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables relacionando los BCAAs con el crecimiento o mantenimiento de masa muscular, atenuación de la disminución de la masa muscular en deportes de alta altitud, mayor rapidez de la recuperación de fatiga muscular después del ejercicio, reducción del esfuerzo percibido durante el ejercicio y sistema inmunitario saludable (7).
L-GLUTAMINA: La glutamina es un aminoácido (AA) derivado de otro, el ácido glutámico. Es el AA más abundante en el plasma y el músculo. La síntesis de glutamina en el músculo es mayor que la de cualquier otro AA. La razón de esta alta tasa de producción se basa en su papel como combustible para las células del sistema inmunitario y de la mucosa intestinal, y además participa también en la síntesis de purinas. Por tanto, se trata de un AA utilizado como suplemento adicional por los deportistas para mantener o mejorar la función inmunitaria.
La glutamina se comercializa en forma de polvo o cápsulas para administración oral. Algunos protocolos indican que debería tomarse más de 1 hora antes del entrenamiento, o durante y después del mismo, para frenar el catabolismo proteico y contribuir al anabolismo muscular. Por tanto, habría que utilizar la suplementación al inicio de la temporada deportiva, en entrenamientos de altas exigencias catabólicas y en temporada intercompetitiva.
MAGNESIO: contribuye a reducir el cansancio y la fatiga, al equilibrio electrolítico, al metabolismo energético normal, al funcionamiento muscular normal, contribuye a la síntesis normal de proteínas, al mantenimiento de los huesos en condiciones normales e interviene en el proceso de división celular.
CALCIO: El calcio es de gran interés en la suplementación de deportista tras el ejercicio gracias a la variedad de funcionalidades que presenta: contribuye al metabolismo energético normal, al funcionamiento normal de los músculos y al mantenimiento de los huesos.
FÓSFORO: En combinación con el calcio, el fósforo contribuye al mantenimiento normal de los huesos, así como al metabolismo energético normal y funcionamiento normal de las membranas celulares.
HIERRO: El hierro es el mineral traza que se encuentra en mayor cantidad en el cuerpo humano. Sus principales papeles son el transporte de oxígeno tanto en sangre (como parte de los complejos de hemoglobina) como en músculo (mioglobina), y el funcionamiento de las enzimas encargadas en la producción de energía. Mantener el transporte de oxígeno y el metabolismo energético durante el ejercicio es esencial y, sin embargo, las deficiencias en hierro son una de las más comúnmente observadas en deportistas de élite (sobre todo en mujeres), lo que puede limitar su capacidad de trabajo y función muscular (10). En situaciones de déficit de hierro, su suplementación no solo ha demostrado una mejora en la bioquímica sanguínea sino que incrementa el rendimiento deportivo, como reflejo de una mejora en la toma de oxígeno, mejor control de la frecuencia cardiaca y una disminución de la concentración de lactato en sangre y fatiga muscular (11,12).
ZINC: contribuye a la síntesis normal del ADN, al metabolismo ácido-base normal, al metabolismo normal de los hidratos de carbono, metabolismo normal de los macronutrientes, metabolismo normal de los ácidos grasos, metabolismo normal de la vitamina A, síntesis normal de proteínas, mantenimiento de los huesos en condiciones normales, funcionamiento normal del sistema inmunitario, protección de las células contra el estrés oxidativo e interviene en el proceso de división celular.
MANGANESO: contribuye al metabolismo energético normal, al mantenimiento de los huesos en condiciones normales, a la formación normal del tejido conectivo, a la protección de las células contra el estrés oxidativo.
POTASIO: contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y al funcionamiento normal de los músculos. Además, el potasio contribuye al mantenimiento de la tensión arterial normal.
YODO: contribuye al metabolismo energético normal.
SODIO: Durante el ejercicio, en concreto en deporte de sudoración elevada, se pierde fundamentalmente agua con sodio. El aporte de sodio tras el ejercicio, mejora el rendimiento muscular y evita la fatiga en deportes de resistencia (11).
SELENIO: contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, a la función tiroidea y a la protección de las células frente al estrés oxidativo.
VITAMINA B6: contribuye a la síntesis normal de la cisteína, al metabolismo energético normal, al metabolismo normal de la homocisteína, proteínas y glucógeno, al mantenimiento de glóbulos rojos, al funcionamiento normal del sistema inmunitario y a reducir el cansancio y la fatiga.
