El intestino no solo es clave para la digestión; también influye en el sistema inmunitario, el metabolismo y hasta en nuestro bienestar mental. Por eso, cada vez se investiga más el papel de ciertas sustancias producidas en el propio intestino, como el butirato, un ácido graso de cadena corta con efectos profundamente beneficiosos.
En este artículo, te explicamos qué es el butirato, para qué sirve, cómo se produce y cuándo puede ser útil tomarlo como suplemento, especialmente si buscas mejorar tu salud digestiva desde dentro.
¿Qué es el butirato?
El butirato (también conocido como ácido butírico en su forma libre) es un ácido graso de cadena corta (AGCC) que se produce de forma natural en el intestino cuando ciertas bacterias fermentan la fibra dietética que consumimos. Aunque su nombre pueda sonar técnico, el butirato desempeña un papel clave en la salud del sistema digestivo y va mucho más allá del intestino.
En concreto, es una de las principales fuentes de energía para las células del colon (llamadas colonocitos), que contribuye a mantener la integridad de la barrera intestinal y participa en procesos antiinflamatorios, inmunológicos y metabólicos.
Nuestro cuerpo no lo obtiene directamente de los alimentos, sino que depende del equilibrio de la microbiota intestinal y de una dieta rica en fibra para generarlo en cantidad suficiente.
¿Para qué sirve el butirato?
El butirato cumple múltiples funciones esenciales para la salud, tanto a nivel intestinal como sistémico. Aunque se genera localmente en el intestino grueso, su impacto alcanza otras áreas del organismo. Estos son sus principales beneficios:
- Nutre y protege el intestino: El butirato es la principal fuente de energía para las células del colon (colonocitos). Al alimentarlas, ayuda a mantener una mucosa intestinal fuerte y sana, lo que favorece la integridad de la barrera intestinal y previene el paso de toxinas o patógenos al torrente sanguíneo.
- Reduce la inflamación intestinal: Actúa como un agente antiinflamatorio local, modulando la respuesta del sistema inmunológico en el intestino. Esto resulta especialmente beneficioso en trastornos como el síndrome del intestino irritable (SII), la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
- Regula la microbiota: El butirato favorece un ambiente intestinal más equilibrado, contribuyendo a la diversidad y estabilidad de la microbiota intestinal. Además, puede inhibir el crecimiento de bacterias patógenas.
- Refuerza el sistema inmunitario: Al actuar sobre la barrera intestinal y modular la inflamación, el butirato contribuye al correcto funcionamiento del sistema inmunológico, tanto local (intestino) como general.
- Participa en el metabolismo: El butirato influye en el metabolismo de la glucosa y de los lípidos, y se está estudiando su papel en el control del peso, la sensibilidad a la insulina y la prevención de enfermedades metabólicas.
- Podría influir en la salud cerebral: A través del eje intestino-cerebro, se ha observado que el butirato puede tener efectos beneficiosos sobre el sistema nervioso, como favorecer la producción de neurotransmisores o reducir la neuroinflamación. Esto abre la puerta a su potencial uso en el manejo de trastornos como la ansiedad, la depresión o enfermedades neurodegenerativas (aunque aún se necesita más evidencia clínica).
En resumen, el butirato no solo es fundamental para mantener un intestino sano, sino que también participa en procesos clave relacionados con la inmunidad, el metabolismo y la salud general. Su capacidad para reducir la inflamación, reforzar la barrera intestinal y modular la microbiota lo convierte en un aliado esencial para el bienestar digestivo y sistémico.
¿Cómo se obtiene el butirato?
El cuerpo no obtiene butirato directamente de los alimentos, sino que lo produce de forma natural en el intestino grueso. Además, en algunos casos, también puede incorporarse mediante suplementación específica. Estas son las dos formas principales de obtenerlo:
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Producción natural en el intestino: El butirato se genera cuando ciertas bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal fermentan fibras dietéticas no digeribles (especialmente fibras solubles y prebióticos como inulina, FOS o almidón resistente). Este proceso ocurre principalmente en el colon y depende de dos factores clave:
- Una dieta rica en fibra (verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, tubérculos).
- Un microbioma equilibrado, con presencia de bacterias productoras de butirato (como Faecalibacterium prausnitzii, Roseburia o Eubacterium).
Una dieta pobre en fibra o una disbiosis intestinal pueden reducir considerablemente la producción de butirato.
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Suplementación con butirato: En situaciones donde la producción natural no es suficiente o existe un desequilibrio intestinal, el butirato puede tomarse como suplemento. Existen distintas formas:
- Sales de butirato (como butirato de sodio o de calcio).
- Formulaciones microencapsuladas o recubiertas para asegurar que el compuesto llegue al colon sin degradarse.
- Combinaciones con prebióticos o probióticos que potencian su efecto sinérgico.
La suplementación puede ser útil en personas con trastornos digestivos, inflamación intestinal crónica, tras el uso de antibióticos, o en aquellas con dieta muy baja en fibra.
¿Cuándo conviene tomar suplementos de butirato?
Aunque lo ideal es que el butirato se produzca de forma natural a través de una dieta rica en fibra y una microbiota sana, la suplementación puede ser útil o necesaria en determinadas situaciones, especialmente cuando hay desequilibrios intestinales o problemas digestivos persistentes.
Estos son algunos de los casos en los que se recomienda considerar un suplemento de butirato:
- Trastornos intestinales crónicos: Personas con enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn o el síndrome del intestino irritable (SII) pueden beneficiarse del butirato por su acción antiinflamatoria y regeneradora sobre la mucosa intestinal.
- Disbiosis intestinal: Cuando hay un desequilibrio en la microbiota —ya sea por estrés, mala alimentación, infecciones o cambios hormonales—, los niveles de butirato suelen verse reducidos. En estos casos, suplementar puede ayudar a restaurar la salud intestinal.
- Uso prolongado de antibióticos: Los antibióticos pueden eliminar bacterias productoras de butirato. Tras un tratamiento prolongado, el suplemento puede servir como apoyo temporal mientras se recupera el equilibrio de la flora intestinal.
- Dietas pobres en fibra: Personas que siguen dietas muy bajas en fibra, ya sea por restricciones alimentarias, condiciones médicas o hábitos poco saludables, pueden presentar una producción insuficiente de butirato y beneficiarse de un aporte externo.
- Soporte digestivo general: En personas con hinchazón frecuente, sensibilidad intestinal o digestiones difíciles, el butirato puede ayudar a mejorar la tolerancia digestiva, reducir la inflamación y favorecer un entorno intestinal más equilibrado.
En definitiva, los suplementos de butirato pueden ser una herramienta útil cuando la producción natural en el intestino se ve comprometida, ya sea por enfermedades inflamatorias, disbiosis, uso de antibióticos o una dieta pobre en fibra. En estos casos, su uso puede contribuir a restaurar el equilibrio intestinal, reducir la inflamación y mejorar la salud digestiva de forma eficaz y segura.
El butirato es mucho más que un subproducto de la fermentación intestinal: es una molécula clave para mantener el equilibrio del sistema digestivo y favorecer una buena salud general. Desde reforzar la barrera intestinal hasta modular la inflamación y mejorar la microbiota, sus efectos están respaldados por un creciente número de estudios científicos.
Adoptar una alimentación rica en fibra es el primer paso para potenciar su producción natural. Sin embargo, en situaciones específicas, la suplementación con butirato puede ser una herramienta eficaz para recuperar el equilibrio intestinal y apoyar procesos digestivos y metabólicos clave. Como siempre, ante cualquier duda, es recomendable consultar con un profesional de la salud.

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