¿Sufres de inflamación abdominal, gases frecuentes o digestiones pesadas? No eres el único. Estas molestias digestivas son muy comunes y, en muchos casos, están relacionadas con un desequilibrio en la microbiota intestinal. Aunque solemos recurrir a soluciones rápidas como tés o antiácidos, existe un enfoque más profundo y sostenible: el butirato.
El butirato es un compuesto natural que se produce en tu intestino cuando ciertas bacterias fermentan la fibra de los alimentos. Y aunque no es muy conocido fuera del ámbito clínico, su impacto en el bienestar digestivo es enorme.
En este artículo te contamos qué es el butirato, cómo actúa en tu intestino y por qué puede ayudarte a reducir los gases y mejorar tu digestión desde dentro.
¿Qué es el butirato y cuál es su función en el intestino?
El butirato es un ácido graso de cadena corta (AGCC) que se produce de forma natural en el intestino grueso cuando bacterias benéficas fermentan la fibra dietética no digerible. Aunque poco conocido fuera del entorno científico, su papel es clave para el buen funcionamiento del sistema digestivo.
Entre sus principales funciones, destaca que el butirato es la principal fuente de energía para las células del colon (colonocitos), lo que ayuda a mantener una mucosa intestinal sana y fuerte. Además, tiene una poderosa acción antiinflamatoria y moduladora del sistema inmune, factores clave para una buena digestión.
Su acción va más allá, ya que el butirato también ayuda a:
- Fortalecer la barrera intestinal, reduciendo la permeabilidad y evitando que pasen sustancias dañinas al organismo.
- Equilibrar la microbiota, favoreciendo el crecimiento de bacterias benéficas y limitando las especies proinflamatorias o que producen gases en exceso.
- Favorecer el tránsito intestinal, ayudando a evitar la acumulación de gases y la sensación de pesadez.
Gracias a esta acción combinada, el butirato no solo nutre al intestino desde dentro, sino que también ayuda a aliviar molestias como gases, inflamación abdominal o digestión lenta.
¿Por qué se producen los gases intestinales?
La presencia de gases en el aparato digestivo es algo normal: todos producimos cierta cantidad durante la digestión. Sin embargo, cuando son excesivos o se acompañan de inflamación, dolor o ruidos intestinales, pueden convertirse en un problema que afecta la calidad de vida.
Los gases suelen originarse en el intestino grueso, donde las bacterias fermentan restos de alimentos no digeridos, sobre todo algunos carbohidratos. Este proceso genera hidrógeno, dióxido de carbono y, en ciertas personas, metano o azufre, lo que ocasiona inflamación abdominal, gases frecuentes o dolor tipo cólico.
Las causas más comunes de exceso de gases son:
- Disbiosis intestinal: un desequilibrio de la microbiota que favorece bacterias productoras de gas.
- Dieta rica en FODMAPs: alimentos como leguminosas, cebolla, ajo, trigo, lácteos o edulcorantes como sorbitol.
- Deficiencia enzimática: como la intolerancia a la lactosa, donde los azúcares no se absorben y fermentan en el colon.
- Tránsito lento: el estreñimiento o motilidad reducida facilitan la acumulación de gases.
- Estrés y ansiedad: afectan directamente al ritmo intestinal.
- Aerofagia: tragar aire al masticar chicle, comer rápido o hablar al comer.
Aunque los gases parecen una molestia menor, muchas veces reflejan un desequilibrio más profundo. Ahí es donde el butirato puede jugar un papel clave.
¿Cómo ayuda el butirato a reducir los gases?
El butirato es un gran aliado contra la inflamación abdominal y los gases, no porque actúe como un “antigas” inmediato, sino porque mejora el entorno intestinal en su conjunto. Al tratar las causas de fondo, restaura la función digestiva y equilibra la microbiota.
- Equilibra la microbiota: fomenta bacterias benéficas y limita las que generan gas en exceso.
- Refuerza la barrera intestinal: previene inflamación y mejora la motilidad.
- Reduce la inflamación: modula la respuesta inmune, aliviando hinchazón y sensibilidad abdominal.
- Mejora el tránsito: evita que los gases se acumulen.
- Optimiza la comunicación intestino-cerebro: en casos como el síndrome de intestino irritable, mejora la tolerancia y disminuye la percepción de los gases.
¿Cuándo conviene tomar butirato?
Aunque el cuerpo lo produce de forma natural si consumes suficiente fibra y tienes una microbiota equilibrada, hay momentos en los que esta producción no es suficiente. En esos casos, la suplementación con butirato puede ayudar a reducir gases, inflamación abdominal o digestión lenta.
- Disbiosis intestinal: ayuda a restaurar un entorno equilibrado.
- Síndrome de intestino irritable (SII): reduce hipersensibilidad abdominal e inflamación.
- Después de antibióticos: repone bacterias productoras de butirato.
- Dietas bajas en fibra: compensa la baja producción natural.
- Digestiones lentas: mejora la motilidad y reduce la inflamación abdominal.
El butirato no es un remedio inmediato, sino un regulador intestinal de mediano plazo. Por eso es útil en molestias recurrentes y debe formar parte de un enfoque integral con alimentación, estilo de vida y apoyo profesional cuando sea necesario.
Los gases e inflamación abdominal no solo son molestos, también pueden reflejar un desequilibrio intestinal más profundo. En lugar de enmascarar síntomas, el butirato actúa sobre la raíz del problema: fortalece la mucosa, reduce la inflamación, equilibra la microbiota y mejora la digestión.
Ya sea estimulando su producción natural con una dieta rica en fibra o a través de suplementos, el butirato es una alternativa efectiva y bien tolerada para quienes sufren gases recurrentes o inflamación crónica. Eso sí, lo ideal es acompañarlo de buenos hábitos y, preferentemente, con orientación profesional.

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