La proteína es un macronutriente esencial en la dieta, ya que cumple un gran número de funciones en las células de todos los seres vivos. Es fundamental para la construcción y reparación de tejidos, la formación de enzimas y hormonas y el correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
Las proteínas tienen un papel clave no solo en el crecimiento, el recambio proteico y el mantenimiento de tejidos estructurales, sino también en el transporte y almacenamiento de nutrientes.
Además —aunque no es su función principal— pueden servir como fuente de energía en situaciones extremas cuando se agotan las reservas de carbohidratos y grasas. Por ello, una dieta equilibrada con suficiente proteína es vital para el crecimiento, la recuperación y la salud general del cuerpo.
¿Qué es la proteína?
Las proteínas son macromoléculas formadas por largas cadenas de aminoácidos, sus unidades básicas. Los aminoácidos se unen por enlaces peptídicos y se organizan en una secuencia específica determinada por el ADN. Esta secuencia define la estructura tridimensional de la proteína y, por tanto, su función.
¿Para qué sirve la proteína?
Estas son algunas de las funciones más importantes de las proteínas en el cuerpo humano:
- Construcción y reparación de tejidos: base de músculos, órganos y otros tejidos; cruciales para el crecimiento y la recuperación.
- Catalizadores biológicos: muchas proteínas son enzimas que aceleran reacciones químicas vitales.
- Regulación de procesos fisiológicos: hormonas proteicas que regulan metabolismo, crecimiento y más.
- Defensa inmunológica: los anticuerpos son proteínas que protegen frente a infecciones.
- Transporte y almacenamiento: por ejemplo, la hemoglobina transporta oxígeno por el organismo.
- Estructura y soporte: colágeno y queratina aportan soporte a piel, huesos, cabello y uñas.
Beneficios de la Proteína
Las proteínas aportan beneficios esenciales para el funcionamiento y la salud del cuerpo. Entre los principales:
- Construcción y reparación de tejidos: fundamentales para formar y reparar músculos, órganos y tejidos, clave en crecimiento y recuperación de lesiones.
- Producción de enzimas y hormonas: catalizan reacciones vitales y regulan funciones como el metabolismo y el desarrollo.
- Apoyo al sistema inmunológico: participación directa en la respuesta inmune (anticuerpos).
- Transporte y almacenamiento de nutrientes: facilitan el movimiento y depósito de moléculas clave dentro del organismo.
- Mantenimiento de la masa muscular: especialmente importante en envejecimiento, pérdida de peso o convalecencia.
- Soporte estructural: contribuyen a la integridad de piel, cabello, uñas y huesos.
- Fuente de energía (situaciones especiales): cuando faltan carbohidratos y grasas.
- Saciedad y control del apetito: ayudan a sentirse lleno más tiempo, útil para controlar la ingesta calórica.
- Funciones básicas: intervienen en coagulación, equilibrio de fluidos y transporte de nutrientes.
En resumen, las proteínas son vitales para el crecimiento, la reparación y el mantenimiento de casi todas las estructuras y funciones del cuerpo, lo que subraya la importancia de asegurar una ingesta adecuada a diario.
Fuentes de Proteína
Las fuentes de proteína se dividen en dos grandes grupos: animales y vegetales.
En alimentos las puedes encontrar en:
- Carnes blancas y rojas: la de vacuno, ovino o cerdo aporta proteína de alto valor biológico, con mayor o menor grasa saturada según el corte. Para un aporte alto de proteína con menos grasa, prioriza pollo, pavo, conejo y aves magras. Las carnes de caza y el pato suelen tener un contenido intermedio de grasa.
- Pescados: los azules y de río aportan grasas insaturadas saludables; los blancos son una excelente fuente de proteína con muy poca grasa.
- Mariscos y crustáceos: calamar y pulpo son ricos en proteína magra. En gamba, langostino, bogavante o langosta, la proteína se concentra en la cola; la cabeza acumula más grasa.
- Huevos: la mayor parte de la proteína está en la clara.
- Lácteos: leche, queso, yogur, etc. Para obtener proteína reduciendo grasas saturadas, elige desnatados o bajos en grasa y quesos frescos antes que curados.
- Legumbres: lentejas, garbanzos, alubias, guisantes y soja. Aportan proteína vegetal, fibra y almidón, con muy poca grasa.
- Cereales: maíz, arroz, trigo, avena, quinoa, centeno… contribuyen al total proteico con cantidades variables según el cereal.
- Frutos secos: almendras, avellanas, nueces, anacardos… además de proteína, aportan grasas insaturadas.
- Semillas: chía, lino, cáñamo, amapola, sésamo, entre otras.
También puedes encontrar proteína en forma de suplemento (polvos o barras proteicas).
Proteína en polvo:
- Suero de leche (whey)
- Caseína
- Proteína de soja
- Proteína de guisante
- Proteína de arroz
Barras de proteína:
- Amplia variedad en el mercado con mezclas de proteínas animales y vegetales.
Recomendación práctica de consumo: en términos diarios, la mayoría de personas activas se beneficia de 1,2–2,0 g de proteína por kg de peso corporal (hasta 2,2 g/kg en objetivos de ganancia muscular o definición). Si lo piensas en reparto de macronutrientes, suele equivaler aproximadamente a 20–35% de la energía diaria, priorizando proteínas con poca grasa saturada.
Por supuesto, también es clave consumir carbohidratos (prioriza verduras y frutas; y en menor proporción, integrales como pan, pasta, arroz o patata). Aportan la energía necesaria para que la proteína se utilice eficazmente en la construcción de células, tejidos y hormonas.
Beneficios de la proteína en el gym
Mucha gente se pregunta para qué sirve la proteína en el gym. Para quienes entrenan con regularidad, la proteína ofrece múltiples beneficios:
- Construcción y reparación muscular: imprescindible para la síntesis de nuevas fibras y la reparación de microlesiones provocadas por el entrenamiento de fuerza o resistencia.
- Recuperación post-entrenamiento: tras la sesión, facilita la recuperación, reduce el dolor y la fatiga y permite entrenar con mayor frecuencia.
- Mantenimiento de la masa muscular: en fases de pérdida de peso/definición, ayuda a preservar el músculo mientras se reduce la grasa.
- Aumento de fuerza: favorece adaptaciones que se traducen en mejoras de rendimiento en el gimnasio.
- Saciedad y control del apetito: ayuda a controlar la ingesta calórica, útil para perder o mantener peso.
- Ligeramente termogénica: su digestión/metabolismo eleva modestamente el gasto energético diario.
- Mejora del rendimiento general: disponer de suficiente proteína asegura sustratos para rendir mejor y recuperar antes.
En resumen, la proteína es fundamental para mejorar rendimiento y resultados en el gimnasio, apoyando la construcción muscular, la recuperación, la fuerza y el control del peso.

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